Sutíl, delicada, directa, bella. Esas son las palabras que se me vienen a la cabeza cuando terminé de ver el documental de Joao Moreira Salles.

Santiago es un trabajo que está centrado en los relatos de Santiago Badariotti Merlo, un ex mayordomo que trabajó toda su vida en los hogares de la aristocracia brasileña y argentina, y que está enamoradísimo de todo ese mundo.

Su dedicación en torno a la aristocracia es tan profunda, que comenzó a recopilar información de las familias más importantes del mundo, desde los fenicios hasta la clase alta francesa.

Con tan solo nueve cintas grabadas de su protagonista, Moreira Salles desarrolla un documental que navega tanto por el mundo de la creación del proyecto – como por ejemplo qué tipo de tomas iban a ser las elegidas para partir o cuál sería la mejor música para ponder de fondo-, como por un amoroso descubrir de Santiago.

Todo lo anterior se entrelaza, creando un relato que va develando suavemente dos mundo al paralelo; el del ex mayordomo, lleno de detalles hermosos de una vida feliz y el del director, quien nos muestra su torpeza y frialdad ante un personaje que debía decir algo más allá de lo que él siempre le pedía.

Lo más bello de este tipo de documentales, es la capacidad de mostrarnos vidas de otros, preciosas vidas de otros, que nos muestran un mar de pequeños detalles que hacen que la vida sea algo increible.

Un documental directo al corazón.